Es una época del año donde renace la primavera, florecen los árboles y se cosechan los primeros frutos. En la Iglesia de Chile acontece algo semejante en torno a María.
Ella es la Madre de Jesús y Madre nuestra. ¿Qué hijo no ama y se acerca a su madre como la mujer maravillosa?. La devoción del mes de María que acostumbramos en nuestra comunidad colegial, familia y parroquia, se caracteriza por tener muy presente a nuestra querida madre del cielo.
En cada jornada nos acordamos de Ella como un hijo quiere y se acuerda de su madre que le regaló la vida.
María fue una mujer de profunda oración viviendo siempre muy cerca de Dios. Fue una mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; vivía con alegría y buscó siempre hacer la voluntad de Dios en su bonita vida.
¿Cómo podemos vivir una devoción cariñosa y verdadera con María?
a) Mirar a María como una Madre. Saber acudir a Ella en todo momento.
b) Demostrarle nuestro cariño: hacer lo que ella quiere de nosotros.
c) Confiar en ella. Todo lo que Jesús nos regala pasa por las manos de María; ella intercede por nosotros.
d) Imitar sus virtudes: fe en Dios, cercanía a los demás, aceptación de la voluntad de su Hijo… Esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.
e) Participar durante este mes en los momentos de oración centrados en la persona de María nuestra querida madre.
Un hijo ama, cree y se acerca a su madre. Que este mes dedicado a ella, sea un tiempo en el que crezca nuestro amor y cariño hacia María, la madre de Jesús y madre nuestra que nos cuida desde el cielo.