El Padre Ángel, el capellán de nuestro colegio formalmente, pero amigo entrañable de todos y todas, guía espiritual de nuestro colegio y ejemplo de fe, después de un tiempo de encuentro con los suyos de sangre en la Provincia de León, donde además de comer esos platos típicos de su zona y pasear por los caminos de su infancia, visitó a sus familiares quienes cada vez que él llega por esas tierras lo reciben con mucho cariño y alegría.
Con todo el amor recibido, llega de vuelta al que es también su hogar, para iniciar las muchas actividades de segundo semestre en su querido Linares.
Bienvenido Padre Ángel, toda la comunidad Marianista de Linares, nos alegramos de su regreso o más bien de su presencia, ya que en corazón de cada uno de los que componemos la comunidad Marianista del Instituto Linares, usted siempre está con nosotros.