El trayecto se cumplió, como estaba planeado por la Pastoral del colegio. Salida a las 08:00 hrs., pasando por todas las estaciones, a lo largo del trayecto; y llegando a la parroquia, justamente al mediodía. Muchas familias acompañaron el caminar, con cánticos y alabanzas a la virgen; donde primó la alegría y el entusiasmo de quienes se atrevieron, como cada año, esta peregrinación.
CAMINANDO CON MARÍA Y POR MARÍA
“Caminando al encuentro del Padre, en los brazos de María”
El año 1981, se inicio, una de las más esperadas y compartidas acciones de fe, de la familia Marianista, la PEREGRINACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA A YERBAS BUENAS.
Quizás cada año tendríamos que escribir lo mismo respecto a esta actividad; que salimos a las 08:00 hrs, del colegio, y que iniciamos la misa a eso de las 12:00 hrs. y que fue una alegría caminar con María, pero cada año es diferente, manteniendo la misma estructura.
Iniciamos con una oración en la capilla, donde cada peregrino ofreció su caminar por algo o alguien, que su corazón le dijera.
Con fe y con sentido, se inició el caminar, donde cada estación fue dedicada a los TESTIGOS DE FE, pasando por nuestro Padre Fundador, La Madre Adela, los Santos Chilenos, Faustino, y todo el caminar y orar, lleno del Espíritu Santo y de María.
Al llegar a Yerbas Buenas, los Delegados de Pastoral, recibieron a la Virgen, con una alegre Batucada, que hizo que la presencia de nuestra Madre, no pasará desapercibida.
Finalizamos nuestro andar con la fiesta más importante de todas, la Eucaristía, que se realizó con entusiasmo y participación, además de mucha gente, ya que nos acompañaron más de 400 personas.
Le damos las gracias, a todos los que cooperaron y apoyaron esta tradicional acción de fe, especialmente a los cursos encargados de las estaciones, los Delegados de Pastoral de los Alumnos y de los Padres y Apoderados, al Centro de Padres, al CAIL, al Padre Lorenzo Solari, y a todos y cada uno de los que caminaron o asistieron a la Misa en el santuario de la Virgen de Yerbas Buenas.
Peregrinamos con María y por María, y si Dios quiere nos veremos el próximo año.
